miércoles, 21 mayo 2025

Lanzarote, primera isla europea reconocida por la FAO como Patrimonio Agrícola Mundial

Pejeverde

La tierra negra, los hoyos de La Geria, el polvo dorado del Jable y la paciencia infinita de quienes han cultivado en la escasez han sido, por fin, reconocidos por el mundo. Lanzarote se convierte en la primera isla de Europa en recibir el título de Sistema Importante del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM), un galardón de la FAO que reconoce no solo la belleza de sus paisajes cultivados, sino su sabiduría, su resistencia y su ejemplo global de sostenibilidad.

La distinción es el equivalente a entrar en el salón de la fama de los agrosistemas vivos. Supone el mayor aval internacional a los paisajes agrícolas que han resistido, generación tras generación, sin renunciar a sus raíces ni a su funcionalidad. Y en el caso de Lanzarote, con una épica particular: convertir la aridez en cosecha, el volcán en viñedo, y el viento en aliado.

El presidente del Cabildo, Oswaldo Betancort, lo resumió así: “Este reconocimiento internacional visibiliza el ingenio de nuestro pueblo y sitúa a Lanzarote como un modelo global de sostenibilidad agrícola”. No se trata solo de un premio, sino de una validación histórica del conocimiento campesino, del esfuerzo paciente y de una forma de entender la tierra como herencia y horizonte.

La FAO ha destacado tres joyas de la corona:

  • El enarenado natural de La Geria, donde el cultivo de la vid en hoyos protegidos por muros semicirculares convierte el paisaje en un poema geométrico.

  • El enarenado artificial del norte, fruto de la inteligencia hidráulica popular.

  • El cultivo sobre jables, arenas organógenas que crujen bajo el paso lento de los agricultores.

Este reconocimiento llega tras la visita de un comité científico internacional encabezado por Tiziano Tempesta, que recorrió fincas en La Geria, Los Valles y el Jable, y se reunió con expertos del Geoparque Mundial de la UNESCO y la Reserva de la Biosfera. Su dictamen fue rotundo: “Sorprende cómo, a pesar de las duras condiciones ambientales, se ha logrado una agricultura estable y sostenible basada en técnicas ancestrales”.

El consejero insular de Paisaje y Soberanía Alimentaria, Samuel Martín, subrayó que el SIPAM es un impulso no solo al pasado, sino al futuro: “Es una oportunidad para seguir avanzando en políticas de soberanía alimentaria, biodiversidad y valorización del paisaje como recurso ambiental, económico y turístico”.

Lanzarote se suma así a un club exclusivo en el que figuran nombres como La Huerta de Valencia, el Valle Salado de Añana o los olivos milenarios del Territorio Sénia. España se convierte en el país europeo con más SIPAM y el tercero del mundo, solo superado por China y Japón.

Pero la singularidad lanzaroteña no radica solo en su número de hoyos o en la poética del picón. Es el espíritu de una isla que no se rinde. Que convierte la desventaja en ventaja. Y que, ahora, con este reconocimiento, tiene un nuevo argumento para defender su territorio, su paisaje y su manera de estar en el mundo.

 

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