La Ironía y el humor al poder: Mensaje de un canario se hace viral con video sobre ocupación ilegal
s.c
En tiempos de creciente confusión e incertidumbre, una curiosa manifestación de ironía ha surgido en Canarias y ha alcanzado notoriedad viral. Un ciudadano, sintiendo la impotencia de la verdadera justicia, ha expresado su frustración por la permisibilidad de nuestra clase política hacia leyes que parecen favorecer la ocupación ilegal de viviendas, dejando a los legítimos propietarios sin medios para reclamar sus derechos.
El símbolo de la justicia es una figura que sostiene una balanza y una espada. La balanza representa la imparcialidad y la equidad con la que se debe sopesar cada caso; la espada simboliza la autoridad y el poder que tiene la justicia para hacer cumplir sus decisiones. Pero ¿qué ocurre cuando la espada pierde su filo y la balanza parece inclinarse a favor de la injusticia?
El problema de la ocupación ilegal es un ejemplo de este dilema, una muestra de la impotencia de una justicia que se ha vuelto "laxa". La sociedad percibe un creciente descontento ante la falta de respuesta efectiva a la ocupación ilegal, lo que está generando graves problemas de convivencia. Aunque no todas las acciones de ocupación constituyen un delito, los casos que sí lo son requieren una respuesta rápida y efectiva del Estado. Como afirmaba el Tribunal Supremo hace años: “Y es que la indefensión lo mismo se produce por la denegación de justicia cuanto por un retraso injustificado. Justicia tardía no es Justicia”.
La ironía de esta situación radica en la paradoja de una justicia que parece más preocupada en proteger los derechos de los ocupantes ilegales que en garantizar la propiedad y la seguridad de los legítimos propietarios. ¿Por qué el Estado parece facilitar estas prácticas, a través de la tolerancia judicial, la inactividad fiscal, la falta de criterio policial y las reformas del Código Penal que han reducido la gravedad de ciertos delitos de ocupación?
El derecho a la propiedad es un pilar fundamental de cualquier sociedad democrática. Sin embargo, parece que en el caso de la ocupación ilegal, los propietarios se encuentran en una situación de desventaja. La pregunta que surge entonces es: ¿a quién sirve esta justicia?
Esperamos que esta ironía, plasmada en la queja viral de un ciudadano, despierte el debate necesario y promueva cambios legislativos que reequilibren la balanza de la justicia. En palabras de Séneca: “Nada se parece tanto a la injusticia como la justicia tardía". Dejemos que estas palabras no solo sean una reflexión filosófica, sino también una llamada a la acción en nuestro sistema jurídico.