lunes, 17 noviembre 2025

El cisma del 'Rompecorazones':Kalinda Pérez (PSOE) no perdona la "Miseria" del vídeo socialista, forzando a Yone Caraballo (NC) a defenderlo como "Chorrada" útil

S.Calleja

Estamos en la capital de Lanzarote, donde el feminismo institucional parece venir en un pack de bienvenida que se luce en los plenos, en los días señalados, en los discursos cuidados… y se evapora justo antes de subir un video a redes sociales. El PSOE insular, ese faro de la igualdad que lleva años reclamando altura en el debate público, ha descubierto ahora que la forma más “moderna” de hacer política es rebajarse al nivel de una peleo de patio de colegio, pero con producción de YouTube y guion con  profundidad y para expertos .

El problema no es solo el vídeo —corto, simplón y chusco—, sino el catálogo de incoherencias que arrastra detrás. Contra todo lo que han predicado, y contra toda lógica, el PSOE opta por llamar a una concejal del PP “rompecorazones nacional” y a un concejal de CC “terrorista emocional”. Eso es lo que les pareció oportuno colgar en sus redes oficiales.

 

El “Rompecorazones”: cuando la tesis feminista se desmorona en un minuto

Vamos a ponernos serios un momento, aunque sea para usar la ironía. El mismo partido que —con razón— ha combatido la banalización de la mujer y de la violencia machista, decide ahora reducir a una adversaria a un cliché sentimental, a un papel estético con aroma de revista del corazón.

 

Y en Lanzarote, precisamente, donde las grandes palabras han sobrado. Ahí está María Dolores Corujo, advirtiendo que “Ni que se banalicen cuestiones tan graves como la violencia sexual o el respeto a las mujeres”, y reclamando “incorporar a nuestro ser más profundo la aceptación y el respeto hacia toda esta diversidad”. En papel y en atril suena impecable. Pero la verdad es que ese respeto y esa batalla contra la banalización se desmoronan cuando el vídeo oficial del partido decide que el mejor ataque contra una mujer es cuchichear sobre su vida amorosa, sea real o inventada.

¿Y qué diría hoy Cristina Duque, concejal en Arrecife y miembro de la  ejecutiva insular, que hace nada presumía de estar “Orgullosa de ser socialista” porque eso “significa proteger a todas esas mujeres víctimas de la lacra machista”? ¿Proteger a todas, de verdad? ¿Incluye también a las mujeres del PP o la dignidad femenina tiene siglas, carné y se suspende cuando llega la campaña?

En esta película, Coalición Canaria lo tenía fácil: solo tenía que leer el manual en voz alta. “Si a ellos les duele que una mujer tenga presencia pública, que lo reconozcan abiertamente”, señalaron. Y tenían razón. Es bastante triste que sea CC la que tenga que recordarle al PSOE que, incluso en la trinchera más dura, hay líneas que no se cruzan. Líneas que la activista feminista y socialista, Nieves Rosa Hernández lleva años marcando cuando pide “poner el acento en el maltratador, no en la víctima”. Aquí, sin embargo, el foco del PSOE no fue el debate político, sino la mujer adversaria.

 

 

 La grieta ideológica: “miseria” vs. “chorrada”

El vídeo no solo falló como munición política. Fue un autogol de manual. De esos que se repiten en bucle.

El primer disparo al pie vino desde dentro de casa. Kalinda Pérez, concejal en Tías, no se anduvo con circunloquios: “Hacer vídeos rastreros para atacar no es política, es miseria.” No hay mucho más que interpretar. Cuando una compañera de filas te acusa de hacer “miseria”, es que el listón ético ha caído al sótano.

Y entonces aparece en escena el eterno salvavidas táctico del PSOE: Yone Caraballo, de Nueva Canarias (NC). Viendo lo que se venía encima para su socio ideológico, Caraballo decide bajar el volumen del escándalo con un gesto de pragmatismo bastante transparente, rebajando el vídeo a simple “chorrada”.

 

La jugada es fácil de entender: minimizar el contenido para cambiar el foco. En vez de señalar el machismo del enfoque o el lamentable nivel político del vídeo del PSOE, prefiere girarse hacia CC y disparar por otro lado, acusándoles de hipocresía. Según él, lo grave no es que el PSOE se dedique a esta “miseria política”, sino que la oposición se indigne por un “meme” cuando —dice— antes han lanzado ataques peores y personales contra su propia figura.

Traducido del caraballismo al castellano llano: “Sí, el PSOE no estuvo fino, pero el problema de fondo no es el vídeo, sino la doble moral de CC. Dejemos la polémica y hablemos de vivienda y listas de espera… y de paso olvidemos esta ‘chorrada’ que ha colgado mi amigo socialista”.

Y con esa maniobra, Caraballo termina blanqueando el ataque rastrero socialista. Lo convierte en un error menor, un tropezón sin importancia, casi una travesura de redes, para poder apuntar contra su verdadero objetivo: Coalición Canaria. Es el ejemplo perfecto de ese pragmatismo político que sacrifica la dignidad del debate por mantener intactas las alianzas.

 

Las redes, el tribunal del pueblo

 

Mientras unos intentan salvar la cara y otros huelen sangre, las redes sociales hacen lo que suelen hacer: juzgar sin piedad. Entre los comentarios, el de Adrián Cristian Martí Martinez lo resume de forma bastante clara: “ocupense de una vez por buscar soluciones reales a problemas reales... que no tenga que esperar un año para que lo atienda un especialista en el hospital”.

 

Ahí está el centro de todo. La ciudadanía no necesita un “rompecorazones nacional” ni un “terrorista emocional”. Lo que reclama, con bastante menos retórica y bastante más cansancio, es aquello que Cristina Duque exigía por escrito: “instituciones valientes, responsables y verdaderamente comprometidas con la defensa de los derechos de las mujeres”, y, de paso, con la defensa de la gente en general, que tampoco vendría mal.

El vídeo del PSOE de Lanzarote no es una ocurrencia simpática ni una audacia comunicativa. Es la prueba de que, en la era de la inmediatez, algunos han decidido que la miseria del meme da más rédito que la altura del debate.

 

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