Recuperación post-incendio: medidas y estrategias para evitar futuros desastres
PJ
A última hora de la noche del lunes, Enrique Espinosa, gerente del Consorcio de Seguridad y Emergencias de Lanzarote, anunciaba que el incendio en Zonzamas, que había comenzado sobre las siete de la tarde, podría ser sofocado en superficie este martes. Sin embargo, advirtió que el fuego seguiría activo bajo la superficie durante varios días más.
La situación, aunque bajo control por momentos, se mantenía volátil. Espinosa explicó que varias líneas de agua y palistas trabajaban incansablemente para sofocar las llamas, vertiendo tierra sobre los focos del incendio. A pesar de la incertidumbre, se logró salvar el depósito de combustible y las naves del complejo medioambiental de Zonzamas, lo cual fue un alivio considerable dadas las circunstancias.
El incendio, originado en una zona de restos de poda, se extendió rápidamente a otras áreas del complejo, generando una densa columna de humo negro visible desde distintos puntos de la isla. Las imágenes del interior del complejo mostraban la intensidad de las llamas, especialmente en la celda de vertido, donde el fuego ardía con más fuerza.
La caldera de Zonzamas se llenó de humo, complicando aún más las labores de extinción. Las fuentes de Seguridad y Emergencias destacaron que el incendio se localizaba en una zona complicada, lo que prolongaría los trabajos para extinguirlo completamente. Sin embargo, con la ayuda de un “cañón” de ventilación de los bomberos del Aeropuerto César Manrique, se logró disipar el humo y ofrecer claridad para las operaciones nocturnas.
En la zona, seis camiones de bomberos, apoyados por voluntarios y efectivos del aeropuerto, combatían las llamas. La gravedad de la situación llevó al Cabildo a activar el Plan de Emergencias Insular (PEIN) en fase de emergencia. Paralelamente, la Dirección General de Emergencias del Gobierno de Canarias activó el Plan Territorial de Emergencias de Protección Civil en situación de alerta, asegurando que se seguirían los criterios de Protección Civil y se activarían los recursos necesarios para extinguir el fuego.
El trabajo conjunto de todas las entidades involucradas fue crucial para evitar una catástrofe mayor. A medida que las horas pasaban, la esperanza de controlar el incendio aumentaba, pero el peligro de que el fuego siguiera ardiendo bajo la superficie mantenía en vilo a los equipos de emergencia y a la población de Lanzarote.