martes, 30 abril 2024

Cambiando de chaqueta: el PSOE de Lanzarote y su repentina 'preocupación' por el turismo sostenible

S.Calleja

La política, con su inagotable dinámica, suele ofrecernos episodios donde la coherencia brilla por su ausencia, y el reciente comportamiento del Partido Socialista (PSOE) de Lanzarote respecto a la próxima manifestación del 20 de abril es un claro ejemplo de ello. Bajo el lema “Canarias tiene un límite”, la sociedad civil de las Islas Canarias se moviliza para exigir un replanteamiento del modelo de desarrollo turístico, un "grito" que surge del hartazgo ante una expansión sin freno que compromete el futuro de Lanzarote.

La Comisión Ejecutiva del PSOE de Lanzarote, liderada por María Dolores Corujo, ha declarado su apoyo a estas movilizaciones. En palabras de Corujo, este respaldo no implica una crítica a la industria turística per se, sino un llamado a la responsabilidad y a la sostenibilidad. Sin embargo, esta postura choca frontalmente con el historial reciente del partido en el poder, marcado por una promoción intensiva del turismo que rara vez se detuvo a considerar sus consecuencias ambientales o sociales a largo plazo.

La participación del PSOE en estas manifestaciones, lejos de ser un gesto de solidaridad auténtica con las preocupaciones ciudadanas, se percibe más bien como un intento de "buenismo fingido" del movimiento por parte de quienes, hasta hace poco, lideraban la carrera por atraer a más turistas sin considerar las consecuencias. Esta incongruencia entre el discurso actual y las acciones pasadas despierta legítimas dudas sobre la genuinidad de su compromiso con el cambio de modelo turístico.

La manifestación del 20 de abril surge como una expresión pura de preocupación ciudadana, un grito de alerta ante el peligro de convertir a Lanzarote y a las demás islas en meros productos de consumo turístico. La insistencia del PSOE en participar, a pesar de la reticencia de los organizadores hacia la clase política, evidencia un descarado intento de politización de una causa que trasciende los intereses partidistas. Esta estrategia no solo menoscaba la esencia de la movilización, sino que también pone en tela de juicio la capacidad del PSOE para liderar un cambio genuino hacia un turismo responsable y sostenible.

 El afán del PSOE de Lanzarote por figurar como protagonista en la próxima manifestación no solo revela una desconexión con el sentir popular, sino que también refleja una preocupante falta de autoanálisis. La transformación hacia un modelo turístico sostenible exige más que declaraciones oportunistas; requiere de acciones coherentes y de un compromiso real con los valores que se proclaman defender. En este sentido, el PSOE de Lanzarote tendría que hacer un examen profundo de su política turística pasada antes de pretender liderar cualquier movimiento en favor de la sostenibilidad.

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