De repartidor a ladrón: La doble vida de un trabajador de Playa Honda al descubierto
PJ
La Guardia Civil ha destapado una operación de hurto continuado que ha sacudido a la comunidad empresarial de la isla. El pasado 06 de marzo, las fuerzas de seguridad detuvieron a un individuo de 49 años, cuya identidad no ha sido revelada, en el marco de una investigación que ha puesto al descubierto una cadena de robos en un establecimiento dedicado a la distribución de productos refrigerados, ubicado en Playa Honda.
Este caso, que llevaba activo desde hace aproximadamente un año, involucra a un trabajador de la empresa, específicamente a un repartidor, quien aprovechaba su posición y acceso al almacén para sustraer mercancías, mayormente productos cárnicos refrigerados, y posteriormente venderlos a distintos establecimientos de la isla sin emitir factura. La denuncia inicial, interpuesta por los dueños del negocio afectado, alertó a la Guardia Civil de San Bartolomé, dando inicio a una serie de investigaciones que finalmente llevaron a la captura del sospechoso.
El detenido, capturado en las instalaciones de la empresa momentos antes de iniciar su jornada de reparto, fue encontrado con mercancía valorada en 1.386 euros, cantidad que se suma al estimado de lo sustraído durante el año que duró este ilícito. La Guardia Civil no solo logró recuperar parte de los bienes robados sino que, tras un registro en el domicilio del acusado, encontró 9.000 euros en efectivo, presuntamente obtenidos de la venta ilegal de estos productos.
Este incidente no solo ha resaltado las vulnerabilidades en los controles internos de las empresas locales sino que también ha puesto en evidencia una red de comercio ilegal que operaba bajo el radar de las autoridades. La investigación sigue abierta, y la Guardia Civil no descarta futuras detenciones relacionadas con la adquisición y venta de los productos robados.
El detenido ha sido puesto a disposición judicial, esperando que este caso sirva de advertencia para aquellos que creen que pueden beneficiarse a costa del patrimonio y la confianza de las empresas locales. Mientras tanto, la comunidad de Lanzarote sigue recuperándose del impacto de esta noticia, recordatorio de que incluso en los lugares más idílicos pueden esconderse actos de avaricia y deshonestidad.