viernes, 26 abril 2024

UN CAZADOR DE FEMÉS DISPARA POR ERROR CONTRA UN AGENTE DEL SEPRONA Y UN GUARDIA RURAL HIRIENDO A ESTE ÚLTIMO Y PROVOCANDO DAÑOS EN EL VEHÍCULO DE LA GUARDIA CIVIL

Guardia Rural de caza y Guardia del Seprona

El accidente ocurría el pasado 18 de septiembre a primera hora de la mañana en la zona de la Degollada en el municipio de Yaiza.

Era domingo, día de caza. A esas alturas de mes, ya estaba permitida la escopeta como “herramienta” para practicar el tiro contra los animales.  Guardias rurales de caza y Seprona habían preparado, como en otras muchas ocasiones, un dispositivo de vigilancia y control que cubriría toda la isla de Lanzarote.

Decidieron dividirse en dos, los primeros irían a la zona norte donde son muchos los cazadores que practican la caza y en ocasiones no todos lo hacen de manera legal. Esa escuadra estaba compuesta por dos agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza de la isla y un guardia rural.

Al otro equipo se le ordenó cubrir la zona sur de Lanzarote y estaba compuesto por al menos un guardia civil apoyado por un guarda rural. Fue precisamente este binomio el que se vio envuelto en un accidente que pudo costar la vida a cualquiera de los que cubrían el turno.

 Eran las 9.00 h en las faldas de una montaña en la zona de la Degollada. El guardia rural de caza con su indumentaria marrón y su distintivo en espalda y pecho se identifica a dos cazadores pidiéndoles la documentación. Estos de manera correcta, entregaron la misma, resultando estar todo en regla. Tras despedirse de ellos, el guarda de caza se acerca   hasta el vehículo del Seprona para dar novedades al agente. Es en ese momento cuando, casualmente, vuela una perdiz muy cerca del guardia civil y el guarda. El cazador sin dudarlo disparó contra el ave sin ni siquiera rozarla. Los gritos del guardia civil y el guarda, advirtiéndole del peligro, no evitaron el disparo, que provocó heridas en diferentes partes de cuerpo del agente de caza.

Especial daño provocaron los plomos en el rostro, afectándole seriamente a una de sus orejas y la cabeza, pudiendo haber perdido un ojo puesto que una de las postas impactó de lleno en el cristal de unas gafas Ray Ban evitando que tocara el globo ocular.

De manera inmediata se le leyeron sus derechos al cazador, se le retiró en arma y fue conducido esposado al cuartel de Costa Teguise y puesto en libertad 5 horas después.

 

Este cazador podría enfrentarse a una pena de prisión, multa y restirada de por vida del arma de fuego, con la posibilidad de no poder seguir cazando en cualquiera de sus modalidades.

 

El guarda herido está fuera de peligro y no quiso presentar cargos personales contra el cazador que también con su disparo provocó daños en el coche de la guardia civil.

 

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