Lanzarote en silencio ante la crisis en Nueva Canarias
PJ
La dimisión de la líder de Sumar, Yolanda Díaz, ha desencadenado una tormenta política dentro de Nueva Canarias (NC). El sector crítico de la formación ha aprovechado esta coyuntura para pedir la dimisión de la cúpula del partido, específicamente de Román Rodríguez y Carmelo Ramírez, quienes han estado al frente de NC desde su fundación.
Los alcaldes de Gáldar, Teodoro Sosa; de Agüimes, Óscar Hernández; y de Valsequillo, Francisco Atta, han elevado sus voces a través de las redes sociales, exigiendo cambios en la dirección del partido. Sosa fue el primero en manifestarse, al expresar su deseo de que “ojalá en todas las organizaciones cundiera el mismo ejemplo”, en referencia a la dimisión de Díaz por los malos resultados electorales de Sumar, socio de NC en las europeas.
Dos horas después, Óscar Hernández replicó el mensaje de Sosa y añadió que “asumir la responsabilidad, dar un paso a un lado para que el proyecto pueda avanzar, abrir el camino a la renovación, anteponer el interés colectivo a cualquier personalismo… Inteligencia, generosidad, compromiso, honestidad. Sí, Teodoro Sosa, ojalá cumpla el ejemplo”.
En la misma línea, Francisco Atta comentó que la dimisión de Díaz reflejaba “reacciones que marcan una forma de entender la política. No todos y todas lo hacen”.
Este movimiento, encabezado por los líderes municipales, no es nuevo. Desde hace meses, han mantenido un pulso con la dirección de NC para exigir una renovación profunda de caras y nombres en el partido. Con este objetivo, se han celebrado distintas reuniones sin lograr avances significativos. Su intención, según han reiterado, no es generar una ruptura, sino proceder a una necesaria renovación del proyecto tras décadas en manos de los mismos dirigentes.
A pesar de la presión, la dirección del partido, encabezada por Román Rodríguez y Carmelo Ramírez, ha manifestado su predisposición al diálogo, pero sin aceptar imposiciones y respetando los tiempos marcados. Hasta el momento, Rodríguez no ha emitido ninguna declaración sobre las recientes demandas.
Mientras tanto, desde Lanzarote no se ha oído ninguna reacción pública, aunque se especula que podrían sumarse al clamor por el cambio.