España alerta sobre el uso de la migración irregular como herramienta de desestabilización
PJ
En un contexto global donde la migración se ha convertido en uno de los fenómenos más complejos y desafiantes, España se enfrenta ahora a una nueva dimensión de su crisis migratoria: la posibilidad de que actores estatales o no estatales utilicen las "olas incontroladas de inmigración irregular" como una herramienta para desestabilizar el país. Esta advertencia proviene de la nueva Estrategia de Seguridad Marítima de España, una actualización crítica que responde a los cambiantes escenarios de seguridad a nivel mundial y se hace eco de las preocupaciones expresadas en otros dos documentos recientes del Departamento de Seguridad Nacional, dependiente de la Presidencia del Gobierno.
Según el informe, en 2023 España se enfrentó a la llegada de 56.852 personas a través de rutas irregulares, principalmente por mar, siendo el segundo destino europeo más afectado después de Italia. Esta cifra, la segunda más alta desde 2018, subraya la presión constante que enfrenta España como frontera exterior de la Unión Europea, especialmente a través del Estrecho de Gibraltar. El informe subraya la vulnerabilidad de España a una serie de amenazas que van desde actos violentos contra infraestructuras críticas hasta sabotajes, ciberataques y contaminaciones marinas.
Lo que distingue a esta nueva estrategia de su predecesora de 2013 es su enfoque en la posible instrumentalización de la inmigración irregular dentro de "estrategias híbridas". Estas son acciones encaminadas a desequilibrar la seguridad de un estado sin llegar al umbral de un conflicto armado convencional. Aunque el documento no señala a ningún país específico, establece claramente que la inmigración irregular no solo es un desafío humanitario y de seguridad, sino también una potencial herramienta de presión política y social.
Esta perspectiva se suma a las preocupaciones ya expresadas por Seguridad Nacional en marzo, cuando se aprobó la Estrategia Nacional contra el Terrorismo, destacando los riesgos de seguridad asociados a la inestabilidad en la Franja de Gaza y la crisis multidimensional del Sahel. Estos contextos, según los informes, no solo afectan la estabilidad regional, sino que también podrían ser aprovechados por elementos terroristas para infiltrarse en España.
Estas revelaciones llegan casi tres años después de la crisis migratoria sin precedentes de mayo de 2021 en Ceuta, que puso de manifiesto la compleja dinámica entre la migración irregular y las tensiones geopolíticas, especialmente con Marruecos. Este episodio, junto con los incidentes relacionados con el tráfico de seres humanos y las actividades yihadistas, resalta la multifacetedad de la crisis migratoria que enfrenta España, una que requiere respuestas tanto a nivel nacional como en cooperación con socios internacionales.