Empedrado, casitas blancas y símbolos locales: Marea Viva traza la hoja de ruta
Pejeverde
Tías se mira al espejo y decide ordenarse antes de crecer. Marea Viva pone sobre la mesa un Plan Estratégico de Rehabilitación Urbana, Rural y Turística para ir “más allá del sol y playa”. La idea: corregir errores, conservar costumbres y proyectar un municipio sostenible y reconocible. Los impulsores lo resumen en una imagen: “No queremos un municipio que se parezca a cualquier otro; queremos que Tías se identifique de un vistazo”.
El plan baja al territorio y reparte protagonismo: Masdache, Conil, Mácher, La Asomada, Tías, Tegoyo y Puerto del Carmen deben brillar con sello propio. Arquitectura local, casitas blancas integradas en el paisaje volcánico y centros con empedrado —no asfalto— para reforzar carácter. En las entradas, elementos singulares: esculturas o símbolos de cada lugar (una gran barrica para Masdache, por ejemplo) que cuenten de dónde se viene y a dónde se va.
La propuesta se apoya en la gente que ha hecho el municipio: agricultores, ganaderos, albañiles, artesanos y artistas. Se recuperan prácticas y nombres: lucha canaria, fiesta del candil, folclore, comidas típicas y referencias aborígenes en negocios. Las paradas de guagua se integrarán en la estética local. En clave ambiental, reforestación con especies autóctonas para crear sombra, bajar temperatura y abrir espacios de descanso. Y vuelta al campo: tomates, cebollas y otros cultivos tradicionales adaptados al clima árido.
El plan nace como proceso participativo y compromiso a largo plazo: vecinos primero, administración detrás. La advertencia es clara: la globalización homogeneiza; Tías apuesta por la singularidad. Objetivo: equilibrio entre modernidad y tradición, con cada pueblo encontrando su voz. Reto grande, ilusión también. Si cuaja, marcará un antes y un después en la forma de pensar el desarrollo municipal en Lanzarote.