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Sin aire y con o sin ola: el Cabildo falla en lo básico

Pejeverde

Tarde en la Biblioteca Insular. Ventanas abiertas, abanicos de feria, botellas de agua. Los vigilantes recomiendan “ponerse cerca de la corriente”. Estudiantes y opositores aguantan porque no tienen alternativa. No hay aire acondicionado. No desde hace días.

El PSOE lo ha puesto en nota de prensa: denuncia temperaturas “insoportables” en plena ola de calor, con avisos de Aemet, y exige a Oswaldo Betancort y al área responsable una reparación inmediata del sistema de climatización. La queja es pertinente. Pero el problema es más grande que una nota.

Aunque no hubiera ola de calor, la situación es incomprensible tratándose del Cabildo de Lanzarote: hay presupuesto para mantener una biblioteca abierta en condiciones, para reparar un equipo y, en su caso, para pagar la factura eléctrica. Una biblioteca es un servicio básico. No es una sala multiusos: ahí se preparan oposiciones, TFG, trabajos a contrarreloj. Si el clima convierte el estudio en un castigo, el servicio deja de serlo.

Las preguntas obvias siguen sin respuesta pública:
—¿Cuándo se averió la climatización?
—¿Existe contrato de mantenimiento activo y con qué plazos de respuesta?
—¿Se ha pedido la pieza, el equipo o el proveedor ya diagnosticó?
—¿Qué medidas provisionales se han adoptado mientras llega la solución definitiva (ventiladores industriales, salas alternativas, ampliación de horarios en espacios que sí estén climatizados)?

Responsabilidades, también, para todos. Hoy gobierna CC con aliados y la firma última es del presidente. Ayer gobernó el PSOE. Mañana tocará rendir cuentas al que venga. Los usuarios no distinguen siglas; distinguen grados. La biblioteca no puede ser el lugar donde se compite a golpe de comunicado, sino donde se garantiza silencio y temperatura razonable.

La comparación se impone y no favorece a nadie: ¿acaso los consejeros del PSOE, CC, PP y demás grupos no tienen aire acondicionado en la sede del Cabildo? ¿Funcionan los equipos en despachos, salas de comisiones y en el pleno? Si lo hay para los despachos, debería haberlo —antes— para la biblioteca. Si no lo hay para nadie, entonces el problema es sistémico y merece una explicación con plazos y responsables.

Hay margen para hacer las cosas bien y rápido. Un plan de choque cabría en una página: diagnóstico fechado, proveedor asignado, presupuesto, plazo de reparación y medidas temporales de confort. Además, habilitar de forma inmediata espacios climatizados de apoyo (salas municipales, centros culturales, aulas de estudio nocturnas) hasta que se normalice el servicio. Transparencia y calendario. Sin liturgia.

La isla se llena de slogans sobre talento, conocimiento, innovación. Perfecto. Empecemos por lo básico: permitir que la gente estudie sin riesgo de lipotimia. Lo demás es maquillaje institucional.

 

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