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Más de 1.100 héroes y 60 países coronan la edición más global del IRONMAN lanzaroteño

Pejeverde

Puerto del Carmen (Tías, Lanzarote). El margen de las primeras luces dejó paso al rugido del océano cuando, a las 7 de la mañana, más de 1.100 triatletas de casi sesenta países se lanzaron al Atlántico para afrontar los 3,8 km de natación que inauguran el IRONMAN más veterano de Europa. La bahía de Puerto del Carmen lucía un espejo apenas rizado, presagio de la jornada histórica que vendría. 

El dominio de Lucy Charles-Barclay

Desde la primera brazada quedó claro que la campeona mundial británica no viajaba a Lanzarote para especular: salió primera del agua con siete minutos de ventaja y ya no cedió el liderato. Sobre el hervidero volcánico de La Geria, Charles-Barclay mantuvo un pedaleo constante, inmune al viento africano que azotaba los miradores de Mirador del Río y Timanfaya. Frente a la Avenida de las Playas, cruzó la meta tras 9 h 17'15'' y firmó la victoria más holgada de la prueba en la última década. La francesa Jeanne Collonge (9 h 37'36'') y la alemana Merle Brunée (9 h 38'16'') completaron el podio femenino. 

La remontada de Dylan Magnien

El guion masculino fue un thriller. El francés Dylan Magnien emergió del agua en quinta posición, vivió el ciclismo a la sombra de rivales tan dispares como Sven Thalmann y Clement Mignon y firmó su candidatura real en el maratón. A seis kilómetros de la gloria, arrebató el liderato al español Jordi Montraveta y voló hacia la meta en 8 h 27'57''. Montraveta (8 h 28'35'') arrancó la ovación local con su plata, mientras que el danés Mathias Lyngsø Petersen (8 h 31'11'') selló el bronce. 

Voces institucionales

“El altísimo nivel deportivo y humano vivido hoy sitúa de nuevo a Lanzarote en el epicentro mundial del triatlón,” celebró Oswaldo Betancort, presidente del Cabildo, en la meta abarrotada de aficionados. El consejero de Deportes, Juan Monzón, añadió que el IRONMAN “es un símbolo de la fuerza, la superación y el compromiso de toda la isla.” Ambos aprovecharon para agradecer a los cientos de voluntarios, cuerpos de seguridad y personal técnico que velaron por la seguridad de la prueba. 

Más que un reto deportivo

Club La Santa y el Servicio Insular de Deportes calcularon un impacto superior a 15 millones de euros en la economía local —entre pernoctaciones, hostelería y transporte— y reforzaron la imagen de Lanzarote como destino de turismo activo todo el año. Con el sol cayendo tras los Jameos del Agua, el último ‘finisher’ cruzó la alfombra roja entre vítores, recordando que en esta isla llegar a meta es, en sí mismo, una victoria.

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