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Yone Caraballo llama a la unidad progresista frente al avance de la derecha en Lanzarote

PJ

En un ritual ya conocido y casi predecible, Nueva Canarias-Bloque Canarista (NC-BC) ha vuelto a manifestar su descontento con la gestión de los actuales gobernantes en Lanzarote y La Graciosa. En su balance del primer año de mandato de Coalición Canaria (CC), el Partido Popular (PP) y Vox, el presidente insular Yoné Caraballo no ha escatimado en críticas, repitiendo una vez más su discurso de frustración.

 Yoné Caraballo, junto a sus compañeros de NC-BC, ha descrito este primer año como “frustrante”, denunciando que los problemas de la isla siguen sin resolverse. Abastecimiento de agua, acceso a la vivienda, colapso de los servicios públicos, movilidad y saturación turística son los temas de siempre. El mensaje, aunque relevante, suena repetitivo y cansado, como un disco rayado que no logra captar la atención de una audiencia que ya lo ha escuchado todo antes.

 Caraballo acusa a los responsables públicos de seguir “prácticas desfasadas del siglo XX”, centradas en “piche, fiestas y fotos”. Sin embargo, las críticas carecen de una propuesta clara y detallada de soluciones. Es fácil señalar con el dedo y lamentarse de la falta de progreso, pero lo que realmente necesita Lanzarote son propuestas concretas y realizables que puedan implementarse de inmediato.

La falta de nuevas ideas sobre movilidad y urbanismo sostenibles es otra queja recurrente. Caraballo lamenta la incapacidad de los gobernantes para diseñar modelos que se alineen con los retos actuales, como el cambio climático y la desigualdad social. Pero, ¿qué ofrece NC-BC de diferente y tangible? Más allá de la crítica, se echa en falta una hoja de ruta clara y específica que vaya más allá de generalidades.

Resultados Europeos y Alarmas Futuras

En el análisis de los resultados de las elecciones europeas, Caraballo destaca el aumento de votos para su partido, pasando del 1,66% al 4,39%. Sin embargo, nuevamente aparece la preocupación por el avance de la derecha y ultraderecha, que obtuvo el 54,22% de los votos. El llamamiento a unirse en un frente común de esperanza suena noble, pero la historia ha demostrado que unir a las fuerzas progresistas no es tarea fácil.

 

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